Empezamos un nuevo ciclo judicial en el que la Mediación adquiere un papel relevante, ahora más que nunca debemos implicarnos como mediadores y procuradores en hacer llegar a todo el mundo que esta opción que el legislador nos ha facilitado es una oportunidad y no una obligación, ¡aprovechémosla!
Y por qué digo esto…
El profesional de la procura se caracteriza por ser un especialista en Derecho procesal y por su relación constante y directa con todos los operadores jurídicos. Nuestro quehacer diario está regido por el manejo y cumplimiento de normas y reglas habitualmente incomprensibles para los ciudadanos de a pie, por ello cuando tratamos con la gente que desconoce nuestro mundillo procuramos hacer más cercano todo este entramado jurídico, explicando y acompañando.
La mediación nos ha permitido dejar un poco de lado esta faceta legalista para centrarnos en las personas y en su capacidad para ser dueñas de la solución de sus conflictos, si es acorde a Derecho el acuerdo, y a ellos les sirve, hay muchas más garantías de que se vaya a cumplir.
Después de muchos años trabajando para que el valor de la libertad de acción y de la personalización de la resolución de controversias que representa la mediación sea un método habitual en nuestro quehacer de los despachos, por fin el legislador inserta esta herramienta (junto con otras) en nuestro ordenamiento mediante la Ley Orgánica 1/2025, de 2 de enero, de medidas en materia de eficiencia del Servicio Público de Justicia considerando que es un requisito de procedibilidad en el orden civil. Hasta aquí todo está muy bien, se pretende que las personas en conflicto antes de acudir al Sistema Judicial intenten llegar a un acuerdo.
Y aquí es donde radica la importancia de no perder el Norte y considerar este requisito como un mero trámite, ya que leyendo la modificación de la Ley 5_2012, de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles, así lo parece, pues desvirtúa en muchos puntos lo que hasta ahora tenía de frescura y de compromiso entre las partes en el momento de asistir a una sesión de mediación. Por ello debemos emplear nuestro buen hacer como mediadores para que como he dicho antes este instrumento se convierta en una oportunidad para llevar a buen fin las controversias.
Jone Mira Erauzquin
Comisión de Mediación ICOPAL